7:13 p. m.

Atrevida ignorancia

Publicado por Rosanna Hernández |


La semana pasada fuimos a presentar un plan de acción para 6 meses en comunicación interna y externa para una asociación. El presupuesto estaba aprobado y nosotros íbamos, triunfantes, a explicar el desarrollo del trabajo.

La junta estaba reunida en pleno cuando llegamos (¡Qué suerte! Estaban todos) y empezamos a exponer el plan de unos 30 epígrafes. Lo hice rápido y directo pero cuando iba por el punto 23, uno de los miembros de la junta suelta:

"Oye, para poner un logotipo en un papel, no hace falta que vengáis vosotros. Eso lo puedo hacer yo con mis amigos"
Con eso de "poner el logotipo en un papel" se estaba refiriendo a la implementación de la imagen corporativa en un sistema ofimático de plantillas automatizado. ¡Ahí es na! 

Os podéis imaginar la cara que se me quedó cuando oí eso de parte de un profesional (ajeno a mi campo, pero profesional en todo caso) acostumbrado a que pseudo-personajes se hagan pasar por expertos en su sector.

Mi cara era un poema. Cuando vas a una reunión para discutir algo, te la preparas y estás atento a los argumentos del contrario. Pero cuando vas como fuimos nosotros, tan tranquilos y relajados, y de repente empiezan a caerte ostias por todas partes, el estupor en tu cara es imposible de ocultar.

Os reproduzco otras lindezas que aquel buen hombre soltó:
  • "Yo lo que quiero es un trabajo profesional y no esto" (un plan de 30 puntos)
  • "Yo soy un hacha haciendo páginas web" (un blog gratuito escrito en comic sans)
  • "Si vosotros venís aquí para darnos más trabajo, entonces no entiendo a qué venís" (elaboración de un boletín mensual para los asociados por nuestra parte)
Y algunas otras cosas que, sin la conversación pertinente, no tienen tanta gracia.

En resumen, había 4 personas de la junta a favor del plan y una en contra. Pero con lo bravucón que era, casi se los merienda a todos y nos deja allí en bragas.

Hubo un momento en el que pensé seriamente en levantarme e irme, dejándole allí plantado con su "saber hacer y el de sus amigos", pero pensé en el dinerito mensual y lo bien que nos va a venir y me mordí la lengua. Casi me enveneno. Menos mal que estaba mi socio allí y salvó la situación, porque a mí en esas tesituras, se me comen. Lo reconozco, soy así.

Y esto me hizo pensar en lo que se parecen las palabras ignorancia y arrogancia. Si os fijáis, muchos de los que pecan de lo primero, pecan también de lo segundo, como este buen hombre que, aun siendo universitario titulado con doctorado decide despreciar el trabajo profesional de otra persona.

Ya os contaré en próximas ediciones la evolución del trabajo. 

Continuará...


4 comentarios:

Ros dijo...

pues nada, suerte, porque te los vas a encontrar en todos los sitios, lamentablemente pero eso que te han dicho hoy y lo de... yo esto lo hago en cinco minutos... les sale como natural

nus dijo...

He notado como mi sangre empezaba a hervir poco a poco mientras leía, una sensación DEMASIADO familiar.

Rosanna Hernández dijo...

Sí Halo, es algo frecuente ese tipo de contestaciones con gente que no se da cuenta de lo importante que es un trabajo como el nuestro. Por suerte, últimamente son las respuestas que menos recibo. Tengo bien aleccionados a mis clientes. :)

Nus, a mí me estuvo hirviendo la sangre como 6 horas después de la reunión. Y cada vez que lo cuento me vuelvo a calentar XDD

Anónimo dijo...

Uffff que ganas de darle en toda la bocaza a este tipo de personas, santa paciencia.

sau2

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